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lunes, 20 de enero de 2025

EL SISTEMA DE HOSPITALIDAD EN LA LEY BURGUNDIA: UN COMENTARIO DE TEXTO, PASO A PASO

L. R. De Salis, MGH, Leges nationum germanicarum, 2, Hannover, 1892. 
El sistema de hospitalidad en la Ley Burgundia
A propósito de aquellos (hospes) que, pese a la prohibición pública, se han apoderado del tercio de los esclavos y de dos tercios de las tierras.
1. Aunque en la misma época en la que nuestro pueblo recibió un tercio de los esclavos y dos tercios de las tierras, dimos la orden de que cualquiera que hubiese recibido, bien de nuestros antepasados, bien por nuestra generosidad, un campo y esclavos, no intentase ya conseguir ni un tercio de los esclavos ni dos tercios de las tierras del lugar donde le hubiese sido asignada la hospitalidad; sin embargo, como hemos observado que algunos, olvidando el peligro que asumían, han salido de la legalidad, es necesario que nuestra presente autoridad, como ejemplo de la ley dictada para siempre, constriña a los acaparadores y prescriba a las víctimas el remedio de la seguridad que se les debe. Por eso, ordenamos que aquellos que disfrutan, gracias a nuestra generosidad, de campos y de esclavos y son conocidos por haber arrebatado las tierras de sus anfitriones a pesar de la prohibición pública, se las restituyan de inmediato.
2. En cuanto a las tierras desbrozadas y a la nueva e injusta reclamación de los faramanni y a la acusación de los possessores, ordenamos se les evite cualquier inquietud y agitación por esta ley. Para las tierras desbrozadas en el pasado o en nuestra época, que haya con los burgundios el mismo principio que con la madera. Puesto que, como fue decidido hace mucho tiempo, ordenamos que la mitad de la madera (bosques) pertenecía, en general a los romanos, el mismo principio debe ser observado en lo que concierne a los faramanni para la curtis y el pastoreo; es decir, que los romanos escojan primero su mitad.
Leges burgundiorum, ed. L. R. De Salis, MGH, Leges nationum germanicarum, 2, Hannover, 1892, p. 88-90.


Leges burgundiorum

INFORMACIÓN RECABADA SOBRE EL TEXTO
“Las formas de asentamiento y las relaciones romano-germánicas” (Manual. Página 50)
El sistema de hospitalitas
El Imperio romano lo practicaba desde hace mucho tiempo, por el cual proporcionaba alojamiento en la casa de un romano, y manutención a cargo de la anonna (avituallamiento) militar, a los diversos contingentes bárbaros enrolados en sus ejércitos en calidad de auxiliares (foederati).
El problema se agravó cuando fueron no solo unos cuantos cientos de soldados los que había que atender, sino pueblos enteros, con sus jefes a la cabeza, compuestos de miles de hombres, mujeres, niños, esclavos, ganados, etc., los que entraban en los territorios del Imperio en virtud de los tratados de alianza (foedus) pactados con ellos a cambio del servicio de armas.
Los almacenes militares no estaban en condiciones de satisfacer esta demanda y, por otra parte, hubiera sido bastante difícil recolectar víveres para abastecer a varias decenas de miles de personas.
Surgió así la idea de instalar a estos foederati en tierras[1] y nada mejor que los grandes latifundios para solucionar el problema.
Se acordó el reparto de tierras, casas, siervos, animales, útiles de labranza, etc., en proporción variable según las zonas y el tipo de explotación.
Este sistema de hospitalitas se aplicó a los burgundios[2] (tierras entre Lyón y Ginebra –Actual Saboya-), visigodos y ostrogodos.
La Lex Burgundiorum, es la mas explicita. Por ella sabemos que el huésped (hospes) bárbaro se quedaba con 2/3 de la llamada terra indominicata (tierras cultivadas por los colonos del latifundio a cambio de una renta) y 1/3 de la terra dominicata (la tierra mejor del latifundio que controlaba directamente el propietario y que se encontraba más cerca de su residencia). El resto del latifundio compuesto de bosques, pastos, zonas incultas, etc., se aprovechaba al 50% entre las dos partes.
A medida que el poder de los bárbaros aumenta, también lo hacen los litigios entre ellos y los romanos, por lo que se acudió al principio a la personalidad de las leyes frente a la territorialidad de las mismas del derecho romano.
Pronto se ponen por escrito las leyes de los distintos pueblos bárbaros redactadas en latín (para que fueran comprendidas por todos). Cada pueblo tuvo sus propias leyes: los visigodos, el Código de Eurico; los francos, la Ley Sálica, etc. La ley del comentario, es “la ley de los burgundios” o “Ley Gambeta” (Gondebaldo 500-516).    

Consulta de términos en glosarios, diccionarios, etc.
Hospes: Huéspedes.
Hospitalidad: Hospitalitas, es el pacto que el Imperio Romano realizó con los pueblos bárbaros (siendo el primero el de los visigodos a finales s. IV) que disfrutaban del estatuto de federados (Foedus/Foederati) y por lo tanto prestaban ayuda militar al Imperio. En el pacto de hospitalidad, los bárbaros se establecían en tierras y compartían los bienes de los que les acogían en proporción variable según los pueblos invasores, pero generalmente quedándose con dos de los tres tercios en que se efectuaba la división.
Faramanni: Descendientes de los burgundios que ocuparon la tierra, viene del nombre de fara, grupo familiar, hombres de estirpe singular. 
Possessores: Los dueños de la tierra romanos.
Curtis: Nombre que recibía el gran dominio.

Puntos de interés del documento para comprenderlo:
Establece las condiciones de asentamiento de los burgundios y organiza la coexistencia con los romanos.
Establece un procedimiento de arbitraje en casos de conflicto, para procurar la estabilidad.
La ley es personalista y dual, dirigida a romanos y burgundios. No es territorial como las leyes romanas. Se conoce como la más romana de las leyes bárbaras.
La hospitalidad, no es tal, el reparto es desigual como producto de la victoria bárbara.
Mientras que el reparto de la madera y de tierras desbrozadas es un intento de suavizar los enfrentamientos, vía cesión.

1) Clasificación del documento
Titulo: El sistema de hospitalidad en la Ley Burgundia.
Autor: Ludovicus Rudolfus de Salis (libro que compila las Leges Burgundionum). Publicado en 1892, es una fuente secundaria.
El documento que hemos leido, se escribe en tiempos de Gondebaldo, rey de los burgundios (480-516) y toma en el Año 501, el nombre de Ley “gombeta”. Es un documento jurídico. El fragmento a comentar es un documento público y una fuente primaria.

2) Esquema del texto (o análisis del texto)
En el texto podemos diferenciar varias ideas:
Las dos primeras líneas son las que motivan la redacción del texto, va dirigido a los hospes que no respetan lo prohibido. Idea principal.
El primer párrafo, va dirigido y amenaza, a los que ya han recibido lo que les corresponde con anterioridad y que al serles asignada la hospitalidad han acaparado mas posesiones, se les ordena la restitución inmediataIdea secundaria.
El segundo párrafo, conciliador, intentar tranquilizar a los romanos y declara injusta la reclamación de los faramanni, aplicando un reparto a partes iguales. Idea secundaria. 

3) Comentario propiamente dicho
a) Contexto histórico
El Imperio romano practicaba la hospitalidad que proporcionaba alojamiento en la casa de un romano y manutención a cargo de la anonna militar (avituallamiento), a los bárbaros enrolados en sus ejércitos en calidad de auxiliares (foederati). El problema se agravó cuando fueron invadidos por pueblos enteros, entonces surgió la idea de instalar a estos foederati en los grandes latifundios.
Intentan dispersar a los bárbaros, apartarlos de las zonas ricas y urbanizadas, y de enfrentarles unos a otros. Negocian las condiciones de instalación en el territorio del Imperio; recibidos como huéspedes (hospes), los invasores se asientan mediante tratados (foedus), de ahí el nombre de federados (foederati).
Los burgundios franquean el Rhin en el 406, y se establecieron en el 413 como federados en la orilla izquierda del río a la altura de Worms. En el año 437 los hunos les infligieron una grave derrota, en el curso de la cual encontró la muerte su rey Gunther. En el 443 Aecio transfirió a los supervivientes a Spaudia (tierras entre Lyón y Ginebra actual Saboya), con el fin de contener la potencia de los alamanes.  
Por la Ley Burgundia sabemos que el huésped (hospes) bárbaro se quedaba con 2/3 de la llamada terra indominicata (tierras cultivadas por los colonos del latifundio a cambio de una renta) y 1/3 de la terra dominicata (la tierra mejor del latifundio que controlaba directamente el propietario, estaba cerca de su residencia). El resto del latifundio compuesto de bosques, pastos, zonas incultas, etc., se aprovechaba al 50% entre las dos partes.
A medida que el poder de los bárbaros aumenta, también lo hacen los litigios entre ellos y los romanos, por lo que se acudió al principio a la personalidad de las leyes frente a la territorialidad de las mismas del derecho romano.
b) Comentarios de las ideas principales y secundarias
La ley Burgundia se aplica a los hospes por no respetar las condiciones del reparto de tierras. A los hospes que ya han recibido lo que les corresponde con anterioridad y que al serles asignada la hospitalidad han acaparado mas posesiones, se les ordena la restitución inmediata.
Mientras que se adopta un tono conciliador con los possessores, declarando injusta la reclamación de los faramanni, aplicando un reparto a partes iguales en función de las condiciones de instalación en el territorio.
c) Acontecimientos relacionados.
A la vez prácticamente que la Ley Burgundia se ponen por escrito las leyes de distintos pueblos bárbaros redactadas en latín (para que fueran comprendidas por todos). Los visigodos, el Código de Eurico; los francos, la Ley Sálica…

4) Conclusión.
El texto es de gran importancia y fiabilidad, por que ha llegado escrito en latín íntegro hasta nosotros, es un documento de los pocos que se han recuperado de una época en la que escasean las fuentes escritas.
De todas las leyes bárbaras esta es la más explícita, la que mejor explica las relaciones entre bárbaros y romanos.

"Descartados los enunciados y los datos excesivos, el comentario podría quedar así; aunque siempre hay que tener en cuenta que no existe un modelo de comentario inmutable y este es mejorable, simplemente intenta ser un ejemplo".
“El sistema de hospitalidad en la Ley Burgundia”
(Redacción final del comentario)
            El Autor del libro que compila la Ley Burgundia fue L. R. de Salis y fue publicado en 1892. El documento que comentamos, se escribe en tiempos de Gondebaldo, rey de los burgundios (480-516), es un documento público y una fuente primaria, mientras que el libro seria una fuente 
       El Imperio romano practicaba la hospitalidad que proporcionaba alojamiento en la casa de un romano y manutención a cargo de la anonna militar a los bárbaros enrolados en sus ejércitos en calidad de auxiliares. El problema se agravó cuando fueron invadidos por pueblos enteros, entonces surgió la idea de instalar a estos foederati en los grandes latifundios.
            El objetivo es defenderse intentando dispersar a los bárbaros, apartarlos de las zonas ricas y urbanizadas, y enfrentarlos unos a otros. Negocian las condiciones de instalación en el territorio del Imperio; recibidos como huéspedes (hospes), los invasores se asientan mediante tratados (foedus), de ahí el nombre de federados (foederati).
            Los burgundios franquean el Rhin en el 406, y se establecieron en el 413 como federados en la orilla izquierda del río a la altura de Worms. En el año 437 los hunos les infligieron una grave derrota, en el curso de la cual encontró la muerte su rey Gunther. En el 443 Aecio transfirió a los supervivientes a Spaudia (tierras entre Lyón y Ginebra, actual Saboya), con el fin de contener la potencia de los alamanes.  
            Por la Ley Burgundia sabemos que el huésped (hospes) bárbaro se quedaba con 2/3 de la llamada terra indominicata (tierras cultivadas por los colonos del latifundio a cambio de una renta) y 1/3 de la terra dominicata (la tierra mejor del latifundio que controlaba directamente el propietario). El resto del latifundio compuesto de bosques, pastos, zonas incultas, etc., se aprovechaba al 50% entre las dos partes.
            A medida que el poder de los bárbaros aumenta, también lo hacen los litigios entre ellos y los romanos, por lo que se acudió al principio a la personalidad de las leyes consuetudinarias bárbaras frente a la territorialidad de las mismas del derecho romano. Estas circunstancias hacen necesaria una ley escrita con doble legislación, para burgundios y romanos.  
            La ley Burgundia se aplica a los hospes por no respetar las condiciones del reparto de tierras. A los hospes que ya han recibido lo que les corresponde con anterioridad, y que al serles asignada la hospitalidad han acaparado mas posesiones, se les ordena la restitución inmediata. Mientras que se adopta un tono conciliador con los possessores, declarando injusta la reclamación de los faramanni, aplicando un reparto a partes iguales en función de las condiciones de instalación en el territorio.
            En este proceso de organización de la coexistencia se ponen por escrito también las leyes de otros pueblos bárbaros, los visigodos, el Código de Eurico y los francos, la Ley Sálica… Se redactan en latín para que fueran comprendidas por todos.
            El texto es de gran importancia y fiabilidad, por que ha llegado integro hasta nosotros traducido de la fuente primaria en latín. De todas la leyes bárbaras esta es la mas explicita, la que mas información ha proporcionado sobre las relaciones entre bárbaros y romanos.

Bibliografía
DONADO VARA, Julián y ECHEVARRÍA ARSUAGA, Ana: La Edad Media I (siglos V-XII). Madrid: Editorial Universitaria Ramón Areces, 2014.
DUBY, G.: Atlas histórico. Madrid: Debate, 1997, (1ª ed. 1989).
ECHEVARRÍA, A. Y RODRIGUEZ, J.M.: Atlas histórico de la Edad Media. Madrid: Editorial Universitaria Ramón Areces, 2013.
KAPLAN, Michel (dir.): Edad Media, siglos IV-X. Granada: Universidad de Granada, 2004.
KINDER H. y HILGEMANN, W.: Atlas histórico mundial. I. De los orígenes a la Revolución francesa. Madrid: Istmo, 1996, (18ª ed.), 1983 (1ª ed.).
LÓPEZ PITA, P. y LADERO QUESADA, M. F.: Introducción a la historia del Occidente Medieval. Madrid: Fundación Ramón Areces, 2009.

Consultado el 30 de octubre 2014 en Documenta Catholica Omnia. Descarga en PDF de la "Leges Burgumdionum":




[1] Las autoridades imperiales incapaces de atender a todos los frentes (invasiones), intentan dispersar a los bárbaros, apartarlos de las zonas mas ricas y urbanizadas, y de enfrentarles unos a otros; sobre todo negocian sus condiciones de instalación en el territorio del Imperio; recibidos como huéspedes (hospes), los invasores se asientan mediante tratados (foedus), de ahí el nombre de federados (foederati) que reciben desde entonces.
Kaplan, M. (dir). Edad Media siglos IV-X. Universidad de Granada. Página 18.
[2] Tras franquear el Rhin en 406, los burgundios se establecieron en 413 como federados en la orilla izquierda del río a la altura de Worms. En el año 437 los hunos les infligieron una grave derrota, en el curso de la cual encontró la muerte su rey Gunther. En 443 Aecio transfirió a los supervivientes a Spaudia, con el fin de contener la potencia de los alamanes. El término de donde deriva Saboya, es de procedencia desconocida; en su origen, designa la región del Jura y país de Vaud.
Kaplan, M. (dir). Edad Media siglos IV-X. Universidad de Granada. Página 18.

OCTUBRE 2014

martes, 7 de enero de 2025

LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA: PRÁCTICA DE UN COMENTARIO DE TEXTO CON CITAS BIBLIOGRÁFICAS


Pedro II de Aragón. 

LA BATALLA (Transcripción del romance)
Los moros que estauan atados, como es dicho, et que se non podíen mouer daquel logar do estauan, començaron a desuiar las primeras feridas de los nuestros que subíen por logares assaç desguisados pora combaterse. Et en estas contiendas, algunos de los nuestros que subíen a cometer los moros, essos canssados por las grauezas de las sobidas, paráronsse et estidieron quedos yaquanto. Entonçes algunos de medio de las azes de Castiella et de Aragón, fiziéronsse una companna et uinieron a las primeras azes, et fue grand la muebda que se y fizo, et la cosa muy peligrosa et en dubda; assí que algunos, pero non de los grandes, semeiaua que queríen foyr; mas los primeros et los de medio de Aragón et de Castiella ayuntados en uno, combatien a los enemigos, et requedáuanlos de yr adelant, etesto fazien ellos quanto podíen. En tod esto, las azes de las costaneras lidiauan muy fuerte con las azes de los moros, et las feridas eran muchas et muy fuertes della et  Della parte; mas las de los moros eran tantas et tan fuertes et la su muchedumbre tan grand, que unos de los nuestros començaron a couardar, et tornando las espaldas, semeiaua que fuyen ya. Et ueyendo esto el muy noble rey don Alffonsso, a unos de los uiles del pueblo menudo que non auien cuedado de catar lo que estaua mal, dixo all arçobispo de Toledo, oyéndolo todos: «arçobispo, yo et uos aquí morremos». Et respondiol essa ora ell arçobispo: «sennor, fiemos en Dios, et mejor será; ca nos podremos más que nuestros enemigos, et uos los uençeredes oy». El noble rey don Alffonsso, nunqua uençudo de coraçón, dixo: «uayamos apriessa a acorrer a los primeros que están en peligro». Entonçes Gonçalo Royz et sus hermanos fueron contra los primeros en acorro; mas Fernant García, varón libre et enssennado en cauallería, tardó al rey, consseiandol que guardase ell gouernamiento de la hueste, et de guisa fuesse en ell acorro daquellos, que la hueste non se desordenasse porque fuesse desbaratada. Estonçes dixo el noble rey de cabo al arçobispo: «arçobispo, aquí muéramos, ca tal muerte conuiene a nos, et tomarla en tal artículo et en tal angosura por la ley de Cristo: et muéramos en él». Respondió el arçobispo: «sennor, si a Dios plaze esso, corona nos uiene de victoria, esto es de uençer nos; et non de muerte nin morir, mas uenir; pero si de otra guisa ploguiere a Dios, todos comunalmientre somos parados para morir conuusco, et esto ante todos lo testigo yo, pora ante Dios». Estonçes el noble rey don Alffonsso, non demudada por ello la cara nin el su loçano gesto, nin el su muy noble et apuesto contenent que él solíe traer, nin demudada la palabra, parósse esforçado et firme, como fuerte uarón armado, et como león sin espanto; ca pora morir o pora uencer firme estatua él. Et dallí adelante, non queriendo más soffrir el peligro de los primeros, uénose dallí apriessa, fasta que llegó al corral del moro; et enderesçolo Dios que lo fazie todo, et uinieron y con el alegremientre las noblezas de las sus sennas et los suyos. Et la cruç del Sennor que delant ell arçobispo de Toledo auíe en costumbre de uenir, aduziéndola aquella hora Domingo Pascual de Almoguera, canónigo de Toledo, entró con ella por ell az de los moros, et passó por todos marauillosamientre, et non tomando y ningún pesar esse don Domingo que la cruç, traye, nin ninguna lisión, sin los suyos, ca non uinien y con él; et assí fue en su yda sin todo periglo, fasta que llegó all otro cabo de la batalla: et fue assí como plogo a Dios. Et en las sennas de los tres reyes uinie la ymaien de sancta María virgen madre de Dios, la que de la prouinçia de Toledo et de toda Espanna estido et fue siempre uençedora et padrona, en cuya uenida marauillosa, aquella az de los moros de marauillar et companna que non auíe cuenta et que fasta allí estidieran et estauan firmes que se non mouíen, et rebeldes que contrallaran a los nuestros, muerta essa companna marauillosa a espada et segudada a lanças et uençuda a feridas, tornó las espaldas a foyr. Entonçes yua el rey moro por la priesa de la batalla, et más affincamiento de su hermano a quien llamauan Zeyt Abozecri por nombre, quel affincaua que se saliesse de la batalla et se fuesse, subió esse rey Almiramomelín en una bestia de muchos colores, et por guarir que non muriesse allí o fuese preso –ca uió el que lo uno al desto que lo seríe si y fincasse– cogiósse a foyr, sintiendo que aquello era lo más seguro pora lo que ell auíemester. El fuxó con tres caualleros que ouo por companneros en aquel perigro, et ueno así fuyendo a Baesça; et los de Baesça, ueyendol daquella guisa uenir, entendieron que el mal era et que uençudo uinie, et demandáronle que qué faríen; et diz que les respondió: «non puedo consseiar a mí nin a uos»; et camió allí la bestia, et ueno a Jahén aquella noche. Entonçes los aragoneses de la su parte, et los castellanos de la suya, et los nauarros otrossí de la suya, desboluieron apriessa las manos entre los moros, et mataron allí muchos dellos, et muchos en los alcanços que fizieron empos ellos a muchas partes, por o yuan fuyendo, et ellos empos ellos matando.

TE DEUM LAUDAMUS (A ti Dios alabamos)
Oyendo esto ell arçobispo, et ueyéndolo, dixo estas palauras al noble rey don Alffonsso: «sennor, menbraduos todauía de la graçia de Dios que cumplió en uos todas las faltas, et yaquanto el denuestro de Toledo, et oy uos lo enmendó; et menbraduos otrossí de uuestros caualleros, por cuya ayuda uiniestes a tan grand gloria et tanto prez entre los reyes de Espanna: et en más tierras suena el uuestro prez, ca por más tierras suena et sonará más el uuestro nombre et la uuestra grand fama». Estas razones et otras tales como estas acabadas de dezir en esta manera, el arçobispo et los obispos, que y eran con ell, et los abades et frayres et la otra clerezía, que y eran con ellos, alçadas las manos et las uozes al çielo, con lágrimas de sanctidad et con cántico de alabança, salieron en esta razón, cantando con gran alegría aquel cántico que dizen en la eglesia: Te Deum laudamus, Te Dominum confitemur, et quiere esto assí dezir en el castellano: «A ti Dios, alabamos, a ti, Sennor, confessamos», et dixieron este cántico todo, cantandol fasta cabo. Et eran y don Tello obispo de Palençia, don Rodrigo obispo de Sigüença, don Melendo obispo de Osma, don Domingo obispo de Plazençia, don Pedro obispo de Áuila, et muchos otros clérigos onrrados que eran y con ellos, cantando cánticos et alabanças a Nuestro Sennor Dios, por quanto crebanto fiziera en aquell día en los paganos enemigos de la cruç, et quanta uertud et exaltamiento mostrara en los cristianos fieles de Cristo et mantenedores de la su ley. Aun dize ell arçobispo en esta estoria adelante: ell campo de la batalla tan lleno fincaua de moros muertos et tanto era y la su mortandat que, aun yndo en buenos cauallos, apenas podiemos passar sobre los cuerpos dellos. Et eran los moros que fueron fallados çercal sobredicho corral muy luengos de cuerpos et muy gruesos omnes; et lo que se marauilla pora dezirlo: maguer que yazien destorpados de todos sus cuerpos et de todos sus miembros, et despoiados todos, que los despoiaran los pobres, pero que por tod eso, en tod el campo de la batalla ninguna sennal de sangre non pudo seer fallada. Et acabadas estas cosas como dichas son, los nuestros non queriendo poner término nin destaio a la graçia de Dios, fueron sin toda canssedad a todas partes, fasta la hueste empos los moros que fuyen; et segundo ell asmança de los nuestros era, mataron y dellos fasta dozientas uezes mill moros. Más de los nuestros según ende podimos saber la uerdad, adur se pudieron seer fasta XX et V omnes. Agora acabada la batalla et deliberada, loado a Dios, como es dicho, cuenta aún la estoria adelant de los grandes fechos que los cristianos y fizieron.
SÁNCHEZ-ALBORNOZ, C. España musulmana, op. cit., t. II, pp. 378-381.


Pautas para los comentarios de textos
Una primera lectura detenida e identificación de las palabras e ideas principales del texto, una segunda lectura subrayando.
Consulta en diccionarios y glosarios de aquellos términos de significado dudoso o que se desconozcan.

1) Clasificación del documento (es el primer paso del análisis y comentario del texto) en la que podemos determinar los siguientes datos:
Titulo autor fecha (o circunstancias espaciotemporales del texto).
El texto pertenece al tomo II de la obra titulada “La España Musulmana” (1946), escrita por Claudio Sánchez Albornoz. El autor fue el arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, es un fragmento de su obra titulada “De rebus Hispaniae” conocida como La Historia Gótica o Cronicón del Toledano, escrita en nueve libros por encargo de Fernando III, abarca desde la creación del mundo hasta 1243 (Biblioteca Universidad de Navarra, 2013).
Tipo de documento (destino público o privado) y tipo de fuente (es primaria o secundaria). Temática general (o naturaleza del texto).
Aunque la obra de Claudio Sánchez Albornoz es una fuente secundaria de carácter historiográfico, este fragmento que estudiamos es una fuente primaria, de tipo histórico literario y destino público, que narra la batalla de Las Navas de Tolosa (1212), en la que se enfrentaron los ejércitos cristianos de los reyes de Castilla, Aragón y Navarra, y ultramontanos, contra las tropas musulmanas que lideraba el califa almohade Muhammad al-Nasir.

2) Esquema del texto (o análisis del texto), en el resumimos el texto explicando cada una de sus partes, precisando la jerarquía de las ideas, señalando cuál es la principal y cuáles las secundarias, al principio incluso podemos definir los términos importantes del texto.
Los dos fragmentos del texto están cargados de una finalidad ideológica, muestran los detalles de la batalla de “Las Navas de Tolosa”, que enfrentó a un ejército feudal y cruzado, encabezado por los reyes de Castilla, Aragón y Navarra, contra las huestes  musulmanas, andalusíes y norteafricanas del califa almohade al-Nasir.
En el primer fragmento, el arzobispo de Toledo describe en primera persona los detalles del enfrentamiento entre cristianos y musulmanes, resaltando la figura del rey de Castilla y rodeándolos de un aire de milagroso providencialismo que acaba con la derrota musulmana.  Primera idea, la derrota.
En el segundo fragmento, como todo el texto aumentado y glosado con posterioridad a los hechos, quedan reflejadas las celebraciones realizadas por las importantes figuras religiosas que se encontraban entre los combatientes, como el arzobispo de Toledo, los obispos de Sigüenza, Ávila y Plasencia; en agradecimiento a Dios por la derrota sufrida por los sarracenos. La idea que el autor quiere transmitir es la victoria de un gran Rey cristiano, que pasará a la posterioridad por la derrota de los infieles con la ayuda que Dios en defensa de la fe verdadera. Idea principal, la victoria de la fe y la exaltación de la monarquía castellana (Biblioteca Universidad de Navarra, 2013). 



3) Comentario propiamente dicho (una vez clasificado y analizado el texto, comienza el comentario).
Contexto histórico.
El texto se puede encuadrar en el apogeo del imperio almohade, que se mantendría solo en apariencia durante los primeros años del gobierno del hijo de Yusuf al-Mansur, Muhammad al-Nasir (1199-1213). Unas rebeliones internas llevaron a al-Mansur a firmar una tregua con los cristianos, que fue renovada por su hijo hasta finales de 1210.
Durante este largo período de paz, los castellanos pudieron recuperarse de su derrota en Alarcos y olvidar sus rencillas firmando a principios del siglo XIII diversos acuerdos entre Castilla, Navarra, Aragón y Portugal, que obtienen el apoyo del Papa (Martín, 1993): Inocencio III otorgó a la empresa de la lucha contra los Almohades los privilegios de “Cruzada”. La bula fue recogida por Jiménez de Rada y predicada en Alemania, Italia y Francia, recibiendo el apoyo de numerosos caballeros (Biblioteca U. N., 2013).
Con la extinción de la tregua en 1211, los reinos cristianos tomaron la iniciativa con expediciones por Baeza, Úbeda y Jaén. Al tenerse noticia de la preparación de una nueva ofensiva almohade, en el verano de 1212, Castilla preparó un gran ejército, la campaña contra al-Nasir dirigida por el rey castellano tuvo su momento álgido en la batalla de las Navas de Tolosa, con un objetivo, recuperar los territorios perdidos en la derrota de Alarcos y la iniciativa expansiva a costa de territorios musulmanes.
La batalla de Las Navas de Tolosa tuvo lugar el lunes 16 de julio de 1212 en los llanos de las Navas de Losa o de Tolosa, al norte de la actual provincia de Jaén. El ejército cristiano estaba integrado por huestes castellanas, aragonesas y navarras. No faltaron a la cita las órdenes militares presentes en la Península, así como diversos caballeros ultramontanos, leoneses y portugueses que se unieron de manera voluntaria movidos por los privilegios de “Cruzada” que Inocencio III otorgó a la empresa.
El ejército almohade, probablemente más numeroso que el cristiano, se encontraba acampado en la llanura de las Navas de Tolosa, frente al desfiladero  de la Losa. El ejército cristiano logró acercarse a través de un sendero secreto por el que pudo acceder hasta la Mesa del Rey y desde allí se lanzó al ataque final, que se decidió del lado cristiano con la intervención de la retaguardia castellana al mando de Alfonso VIII. El botín y las provisiones tomadas en la batalla permitieron proseguir la campaña (Álvarez (Coord.), 2011).
Comentario de las ideas principales, identificando a los protagonistas si los hubiese.
Los Almohades eran un grupo de tribus beréberes que en el 1146 entraron en la Península y se hicieron con el poder musulmán. El califa Yusuf al-Mansur derrotó a  Alfonso VIII en la batalla de Alarcos, la derrota tuvo una considerable repercusión ideológica (Álvarez (Coord.), 2011), frenando la expansión cristiana hasta la batalla de las Navas de Tolosa.
Alfonso VIII de Castilla (1155-1214), se enfrentó a los reinos de León y Navarra. En 1198 pactó una alianza con Pedro II de Aragón y el reparto de Navarra.
Pedro II de Aragón (1177-1213). Rey de Aragón y Conde de Barcelona. Su reinado estuvo dedicado a la política en los territorios transpirenaicos, con resultados limitados que causaron el endeudamiento de la Corona.
Sancho VII de Navarra (1160-1234). Su enfrentamiento con Castilla y Aragón se saldó con pérdidas territoriales. Se alió con el rey de Castilla en su lucha contra los almohades.
Rodrigo Jiménez de Rada (1209-1247), entre las huestes del rey Alfonso VIII se encontraba el arzobispo de Toledo, fue uno de los principales adalides del papa Inocencio III en el proyecto de unidad de los reyes cristianos peninsulares, con la idea de combatir a los almohades, recogió personalmente la bula de cruzada (1211) y la predicó en Alemania, Italia y Francia, ganando el apoyo de numerosos caballeros y notables de toda la geografía recorrida.
El autor del texto quiso transmitir para la posteridad, que la batalla no fue un suceso más de la reconquista, fue algo más trascendente, el enfrentamiento entre dos modelos, “El Islam” y “la Cristiandad”, con la victoria de esta ultima, el Dios de los cristianos había vencido, y la victoria la encarnaba en la de un gran Rey de la monarquía castellana, que recuperaría España, rey que pasará a la posterioridad por la derrota de los infieles con la ayuda que Dios en defensa de la fe verdadera.  
Acontecimientos relacionados.
La batalla de Las Navas de Tolosa fue decisiva en el devenir de la guerra secular entre cristianos y musulmanes. La derrota almohade aceleró su crisis, aunque algunas décadas todavía resistieron el empuje de los cristianos. Internamente se deshizo la unidad andalusí y se formaron las “Terceras taifas”, de las que un tiempo después solo Granada sobrevivió (Monsalvo, 2010).
Todos los reinos peninsulares se beneficiaron de la campaña de la Navas, sin embargo Castilla fue la gran triunfadora. La frontera castellana se restableció en la línea de Sierra Morena, incluso se ocuparon fortalezas al sur de esa cordillera. Por otra parte la batalla de las Navas supuso la primera gran derrota de los almohades en lucha campal y sus repercusiones ideológicas fueron bien aprovechadas por los castellanos. El desastre no fue más que el comienzo de la descomposición almohade. El fin del Califato es el fracaso del intento de unificación de los particularismos andalusíes y norteafricanos, bajo el mando de una clase dominante de origen beréber (Álvarez (Coord.), 2011).

4) Conclusión, detallando la importancia del texto y su grado de fiabilidad teniendo en cuenta todos los puntos anteriores.
La importancia del texto, que es parte de la narración de Jiménez de Prada contenida en su crónica de España sobre la batalla de las Navas de Tolosa fue decisiva para la memoria histórica y colectiva de generaciones posteriores, ya que doce de los quince capítulos del libro VIII, los dedicó a contar los sucesos desde la primavera hasta el mes de julio de 1212.
De manera que el detalle del relato, “aumentado y glosado con posterioridad” en muchos de los acontecimientos narrados, ha constituido lo que podríamos llamar el “ciclo historiográfico” de este combate (Biblioteca U. N., 2013).


"Descartados los enunciados y los datos excesivos, el comentario podría quedar así; aunque siempre hay que tener en cuenta que no existe un modelo de comentario inmutable y este es mejorable, simplemente intenta ser un ejemplo". 

COMENTARIO DE LAS NAVAS DE TOLOSA

El texto pertenece al tomo II de la obra titulada “La España Musulmana” (1946), escrita por Claudio Sánchez Albornoz. El autor fue el arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, es un fragmento de su obra titulada “De rebus Hispaniae” conocida como La Historia Gótica o Cronicón del Toledano, escrita en nueve libros por encargo de Fernando III, abarca desde la creación del mundo hasta 1243 (Biblioteca U. N., 2013).

Aunque la obra de Claudio Sánchez Albornoz es una fuente secundaria de carácter historiográfico, este fragmento que estudiamos es una fuente primaria, de tipo histórico-literario y destino público, que narra la batalla de Las Navas de Tolosa.

Los dos fragmentos del texto están cargados de una finalidad ideológica, muestran los detalles de la batalla de “Las Navas de Tolosa”, que enfrentó a un ejército feudal y cruzado, encabezado por los reyes de Castilla, Aragón y Navarra, contra las huestes  musulmanas, andalusíes y norteafricanas del califa almohade al-Nasir.

En el primer fragmento, el arzobispo de Toledo describe en primera persona los detalles del enfrentamiento entre cristianos y musulmanes, resaltando la figura del rey de Castilla y rodeándolos de un aire de milagroso providencialismo que acaba con la derrota musulmana.

En el segundo fragmento, como todo el texto aumentado y glosado con posterioridad a los hechos, quedan reflejadas las celebraciones realizadas por las importantes figuras religiosas que se encontraban entre los combatientes, como el arzobispo de Toledo, los obispos de Sigüenza, Ávila y Plasencia; en agradecimiento a Dios por la derrota sufrida por los sarracenos. La idea que el autor quiere transmitir es la victoria de un gran Rey cristiano, que pasará a la posterioridad por la derrota de los infieles con la ayuda de Dios en defensa de la fe verdadera (Biblioteca U. N., 2013). 

El texto se puede encuadrar en el apogeo del imperio almohade, que se mantendría solo en apariencia durante los primeros años del gobierno del hijo de Yusuf al-Mansur, Muhammad al-Nasir. Unas rebeliones internas llevaron a al-Mansur a firmar una tregua con los cristianos, que fue renovada por su hijo hasta finales de 1210.

Durante este largo período de paz, los castellanos pudieron recuperarse de su derrota en Alarcos y olvidar sus rencillas firmando a principios del siglo XIII diversos acuerdos entre Castilla, Navarra, Aragón y Portugal, que obtienen el apoyo del Papa (Martín, 1993): Inocencio III otorgó a la empresa de la lucha contra los Almohades los privilegios de “Cruzada”. La bula fue recogida por Jiménez de Rada y predicada en Alemania, Italia y Francia, recibiendo el apoyo de numerosos caballeros (Biblioteca U. N., 2013).

Con la extinción de la tregua en 1211, los reinos cristianos tomaron la iniciativa con expediciones por Baeza, Úbeda y Jaén. Al tenerse noticia de la preparación de una nueva ofensiva almohade, en el verano de 1212, Castilla preparó un gran ejército. La campaña contra al-Nasir dirigida por el rey castellano tuvo su momento álgido en la batalla de las Navas de Tolosa, con un objetivo, recuperar los territorios perdidos en la derrota de Alarcos y la iniciativa expansiva a costa de territorios musulmanes.

La batalla de Las Navas de Tolosa tuvo lugar el lunes 16 de julio de 1212 en los llanos de las Navas de Tolosa, al norte de la actual provincia de Jaén. El ejército cristiano estaba integrado por huestes castellanas, aragonesas y navarras. No faltaron a la cita las órdenes militares presentes en la Península, así como diversos caballeros ultramontanos, leoneses y portugueses que se unieron de manera voluntaria movidos por los privilegios de “Cruzada” que Inocencio III otorgó a la empresa.

El ejército almohade, quizá más numeroso que el cristiano, se encontraba acampado en la llanura de las Navas de Tolosa, frente al desfiladero  de la Losa. El ejército cristiano logró acercarse a través de un sendero por el que pudo acceder hasta la Mesa del Rey y desde allí se lanzó al ataque, que se decidió del lado cristiano con la intervención de la retaguardia castellana al mando de Alfonso VIII. El botín y las provisiones tomadas en la batalla permitieron proseguir la campaña (Álvarez (Coord.), 2011).

Los protagonistas del enfrentamiento:
-  Los Almohades eran un grupo de tribus beréberes que en el 1146 entraron en la Península y se hicieron con el poder musulmán. El califa Yusuf al-Mansur derrotó a Alfonso VIII en la batalla de Alarcos, la derrota tuvo una considerable repercusión ideológica (Álvarez (Coord.), 2011), frenando la expansión cristiana hasta la batalla de las Navas de Tolosa.
-  Alfonso VIII de Castilla, se enfrentó a los reinos de León y Navarra, en 1198 pactó una alianza con Pedro II de Aragón y el reparto de Navarra. Pedro II de Aragón, rey de Aragón y Conde de Barcelona; su reinado estuvo dedicado a la política en los territorios transpirenaicos, con resultados limitados que causaron el endeudamiento de la Corona. Sancho VII de Navarra; su enfrentamiento con Castilla y Aragón se saldó con pérdidas territoriales, se alió con el rey de Castilla en su lucha contra los almohades.
-  El autor del texto, Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo, se encontraba entre las huestes del rey Alfonso VIII, fue uno de los principales adalides del papa Inocencio III en el proyecto de unidad de los reyes cristianos peninsulares, con la idea de combatir a los almohades, recogió personalmente la bula de cruzada y la predicó en Alemania, Italia y Francia, ganando el apoyo de numerosos caballeros y notables de toda la geografía recorrida.

Jiménez de Rada quiso transmitir para la posteridad, que la batalla no fue un suceso más de la reconquista, fue algo más trascendente, el enfrentamiento entre dos modelos, “El Islam” y “la Cristiandad”, con la victoria de esta ultima; el Dios de los cristianos había vencido, y la victoria la encarnaba en la de un gran Rey de la monarquía castellana que recuperaría España, rey que pasará a la posterioridad por la derrota de los infieles con la ayuda que Dios en defensa de la fe verdadera.  

La batalla de Las Navas de Tolosa fue decisiva en el devenir de la guerra secular entre cristianos y musulmanes. La derrota almohade aceleró su crisis, aunque algunas décadas todavía resistieron el empuje de los cristianos. Internamente se deshizo la unidad andalusí y se formaron las “Terceras taifas”, de las que un tiempo después solo Granada sobrevivió (Monsalvo, 2010).

Todos los reinos peninsulares se beneficiaron de la campaña de la Navas, sin embargo Castilla fue la gran triunfadora. La frontera castellana se restableció en la línea de Sierra Morena, incluso se ocuparon fortalezas al sur de esa cordillera. Por otra parte la batalla de las Navas supuso la primera gran derrota de los almohades en lucha campal y sus repercusiones ideológicas fueron bien aprovechadas por los castellanos. El desastre no fue más que el comienzo de la descomposición almohade. El fin del Califato es el fracaso del intento de unificación de los particularismos andalusíes y norteafricanos, bajo el mando de una clase dominante de origen beréber (Álvarez (Coord.), 2011).

La importancia del texto de Jiménez de Prada contenida en su crónica de España sobre la batalla de las Navas de Tolosa fue decisiva para la memoria histórica y colectiva de generaciones posteriores, ya que doce de los quince capítulos del libro VIII, los dedicó a contar los sucesos desde la primavera hasta el mes de julio de 1212. De manera que el detalle del relato, “aumentado y glosado con posterioridad” en muchos de los acontecimientos narrados, ha constituido lo que podríamos llamar el “ciclo historiográfico” de este combate (Biblioteca U. N., 2013).

Bibliografía
ÁLVAREZ PALENZUELA, V. A. (coord.). Historia de España de la Edad Media. Barcelona: Ariel, 2011. (404-408).
MARTÍN RODRÍGUEZ, J.L. Manual de Historia de España. Vol. 2: La España Medieval. Madrid: Historia 16, 1993. (316-319).
MONSALVO ANTÓN, J. M. Atlas Histórico de la España Medieval. Madrid: Síntesis, 2010. (152-154).

Webgrafía
Biblioteca Universidad de Navarra (2011). 1212 Las Navas de Tolosa. Consultado el 12 de diciembre de 2013 en http://www.unav.es/biblioteca/fondoantiguo/hufaexp24/03b.html

Biblioteca digital de Castilla y León (2014). D. Rodrigo Jimenez de Rada. Consultado el 2 de diciembre de 2014.



Diciembre 2013

sábado, 29 de junio de 2024

LOS TRES ÓRDENES DE LA SOCIEDAD FEUDAL

COMENTARIO DE TEXTO
      El orden eclesiástico no compone sino un sólo cuerpo.En cambio, la sociedad está dividida en tres órdenes. Aparte del ya citado, la ley reconoce otras dos condiciones: el noble y el siervo que no se rigen por la misma ley.
Los nobles son los guerreros, los protectores de las iglesias. Defienden a todo el pueblo, a los grandes lo mismo que a los pequeños y al mismo tiempo se protegen a ellos mismos. La otra clase es la de los siervos. Esta raza de desgraciados no posee nada sin sufrimiento. Provisiones y vestidos son suministradas a todos por ellos, pues los hombres libres no pueden valerse sin ellos.
Así pues, la ciudad de Dios que es tenida como una, en realidad es triple. Unos rezan, otros luchan y otros trabajan. Los tres órdenes viven juntos y no sufrirían una separación. Los servicios de cada uno de estos órdenes permiten los trabajos de los otros dos. Y cada uno a su vez presta apoyo a los demás. Mientras esta ley ha estado en vigor el mundo ha estado en paz.
Pero, ahora, las leyes se debilitan y toda paz desaparece. Cambian las costumbres de los hombres y cambia también la división de la sociedad.
ADALBERON DE LAON, "Carmen ad Robertum regem francorum" (a.998). Recoge. M. Artola, "Textos fundamentales para la Historia", Madrid, 1968, p. 70
Un vasallo arrodillado realiza la inmixtio manum durante el homenaje a su señor (Wiquipedia)
1) Clasificación del documento
Este documento es un fragmento de la obra “Carmen ad Robertum regem francorum”, escrito en el año 998 por Adalberon de Laon. Fue recogido por M. Artola en “Textos fundamentales para la Historia” editado en Madrid en 1968.
Se trata de un texto de carácter público, y es una fuente primaria. Puede ser considerado de carácter histórico-literario, y posee ciertas notas subjetivas.
Su autor nació a mediados del S. X en Lorena. Fue discípulo de Gerbert (su metropolitano); estudió en Reims y perteneció al Cabildo Catedralicio de la catedral de Metz. Sus progresos le supusieron ser uno de los hombres más doctos o ilustres del reino, y supo granjearse el favor de Lotario, rey de Francia, quien en el 977 le nombró obispo de Laon. Gobernó en su iglesia durante 53 años, y murió en el 1030, un año antes que el rey Roberto II de Francia, al que dedicó este poema satírico en forma de diálogo. En él argumentó contra las reformas monásticas y episcopales de su época.

2) Esquema del texto (o análisis del texto)
En el texto podemos diferenciar tres partes:
Idea inicial: recogida en las nueve primeras líneas, nos describe cómo estaba distribuida la sociedad feudal de la época. Se habla del orden eclesiástico compuesto por un solo cuerpo y de la sociedad en general dividida en tres órdenes: 1º los nobles (bellatores) encargados de salvaguardar la Iglesia, los fieles y el orden social; 2º los siervos o laboratores, encargados de trabajar para la obtención del alimento, y con una categoría social inferior; 3º el orden eclesiástico (oratores) del que se habla al principio.
Segunda idea: nos describe la relación intensa que se da entre las tres órdenes y de una suerte de equilibrio entre los que oran, guerrean y trabajan, que permite mantener el orden social.
Tercera idea y principal: aparece en las cinco últimas líneas del texto y constituye la defensa que el autor realiza de este orden social amenazado, ahora, por el debilitamiento de las leyes y la desaparición de la paz.

3) Comentario propiamente dicho
Contexto histórico:
El texto es escrito en la época feudal, término que proviene de “foedus”, que significa pacto o tratado, y que hace alusión a la concesión de feudos, territorios con jurisdicción, a cambio de prestaciones políticas o militares. La división clara de la sociedad feudal, preconizada ya en el reinado de Carlomagno (768-814) asume que la tierra pertenece al príncipe, que la recibe de Dios, y que la cede a sus vasallos tras el juramento de fidelidad, y estos a su vez a sus siervos. El feudalismo que describimos alcanzó su madurez en el s. XI.
Comentario ideas:
En el texto que nos ocupa, Adalberon describe esta sociedad feudal y hace mención a cómo todas las órdenes de la sociedad se retroalimentaban en las necesidades mutuas que satisfacían. Así mismo muestra una clara preocupación por la ruptura de este equilibrio, y manifiesta su oposición a los cambios que se avecinan.
Acontecimientos relacionados:
No es casualidad que el texto se feche en los años previos al año 1000, un momento crucial de crisis sociales y económicas que aumentaron el fenómeno conocido como “Terror del año 1000”. Aunque se trata de un mito historiográfico algo exagerado, lo cierto es que, a partir de esa fecha simbólica, se comenzó a consolidar el medievo, iniciándose un proceso diferente al que había acontecido en los siglos anteriores.

4) Conclusión
El autor no se limita sólo a describir la sociedad feudal, sino que muestra claramente su oposición a los cambios. Esta parcialidad también queda reflejada en la subjetividad con la que describe a los siervos. Es decir, toma parte en el texto.
Hay que resaltar la importancia del mismo, puesto que nos permite conocer la sociedad de la época, así como la interrelación entre los diferentes órdenes.
Por otra parte, destacar la cercanía del autor al rey, al que se dirige. Tratándose de un personaje de grandes conocimientos podemos afirmar que el texto resulta bastante fiable, siempre teniendo en cuenta la visión subjetiva del autor.

Bibliografía
DONADO VARA, Julián y ECHEVARRÍA ARSUAGA, Ana: La Edad Media I (siglos V-XII). Madrid: Editorial Universitaria Ramón Areces, 2010 (1ª ed, 2ª reimpr).
ECHEVARRÍA, A. Y RODRIGUEZ, J.M.: Atlas histórico de la Edad Media. Madrid: Editorial Universitaria Ramón Areces, 2010.

Para terminar, si eliminamos los epígrafes y ligamos los diferentes apartados el comentario puede quedar así.
“Comentario de texto: los tres órdenes de la sociedad feudal”
Este documento es un fragmento de la obra “Carmen ad Robertum regem francorum”, escrito en el año 998 por Adalberon de Laon. Fue recogido por M. Artola en “Textos fundamentales para la Historia” editado en Madrid en 1968.
Se trata de un texto de carácter público, y es una fuente primaria. Puede ser considerado de carácter histórico-literario porque es subjetivo.
Su autor nació a mediados del S. X en Lorena. Fue discípulo de Gerbert (su metropolitano); estudió en Reims y perteneció al Cabildo Catedralicio de la catedral de Metz. Sus progresos le supusieron ser uno de los hombres más doctos o ilustres del reino, y supo granjearse el favor de Lotario, rey de Francia, quien en el 977 le nombró obispo de Laon. Gobernó en su iglesia durante 53 años, y murió en el 1030, un año antes que el rey Roberto II de Francia, al que dedicó este poema satírico en forma de diálogo. En él argumentó contra las reformas monásticas y episcopales de su época.
En el texto podemos diferenciar tres partes con una idea inicial recogida en las nueve primeras líneas que nos describe cómo estaba distribuida la sociedad feudal de la época. Se habla del orden eclesiástico compuesto por un solo cuerpo y de la sociedad en general dividida en tres órdenes: 1º los nobles (bellatores) encargados de salvaguardar la Iglesia, los fieles y el orden social; 2º los siervos o laboratores, encargados de trabajar para la obtención del alimento, y con una categoría social inferior; 3º el orden eclesiástico (oratores) del que se habla al principio. La segunda parte con otra idea nos describe la relación intensa que se da entre los tres órdenes y de un equilibrio entre los que oran, guerrean y trabajan, que permite mantener el orden social. En las cinco últimas líneas del texto aparece la que puede ser la idea principal, el autor defiende este orden social amenazado por el debilitamiento de las leyes y la desaparición de la paz.
El texto es escrito en la época feudal, término que proviene de “foedus”, que significa pacto o tratado, y que hace alusión a la concesión de feudos, territorios con jurisdicción, a cambio de prestaciones políticas o militares. La división de la sociedad feudal, preconizada ya en el reinado de Carlomagno (768-814) asume que la tierra pertenece al príncipe, que la recibe de Dios, y que la cede a sus vasallos tras el juramento de fidelidad, y estos a su vez a sus siervos. El feudalismo que describimos alcanzó su madurez en el s. XI.
Adalberon de Laon describe esta sociedad feudal y hace mención a cómo todos los órdenes de la sociedad satisfacían sus necesidades mutuas. Así mismo muestra una clara preocupación por la ruptura de este equilibrio, y manifiesta su oposición a los cambios que se avecinan.
No es casualidad que el texto se feche en los años previos al año 1000, un momento crucial de crisis sociales y económicas que aumentaron el fenómeno conocido como “Terror del año 1000”. Aunque se trata de un mito historiográfico algo exagerado, lo cierto es que, a partir de esa fecha simbólica, se comenzó a consolidar el medievo, iniciándose un proceso diferente al que había acontecido en los siglos anteriores.
      El autor no se limita sólo a describir la sociedad feudal, sino que muestra claramente su oposición a los cambios que se están produciendo. Esta subjetividad también queda reflejada en como describe a los siervos. Hay que resaltar la importancia del texto, puesto que nos permite conocer la sociedad de la época, así como la interrelación entre los diferentes órdenes. Por otra parte, hemos de destacar la cercanía del autor al rey, al que se dirige. Tratándose de un personaje de grandes conocimientos podemos afirmar que el texto resulta fiable, siempre teniendo en cuenta su visión personal.


viernes, 21 de enero de 2022

COMENTARIO DE UN MAPA DE CONSTANTINOPLA EN LA EDAD MEDIA*

 

Observación detenida del mapa y de su leyenda

Leyenda del mapa:

-       Recinto amurallado

-       Barrio comercial

-       Vías y foros

-       Iglesias

-       Cisternas

-       Puertos

-       Acueducto

Observación del mapa:

Oeste-Este (desde la Muralla Teodosio, hasta, Barrio Comercial)

-       Muralla de Teodosio.

-       Muralla de Constantino.

-       Santos Apóstoles.

-       Vía Triunfal.

-       Puerto de Teodosio.

-       Foro Arcadio, Teodosio y Constantino.

-       Muralla de Septimio Severo

-       Barrio comercial: Acrópolis, Senado, Palacio imperial, Iglesias

1) Clasificación del mapa según tipología.

El mapa indicado para su comentario sería un mapa cultural, al mostrar un fenómeno urbanístico encuadrado en su situación geográfica, consistente en la representación de un croquis de Constantinopla en la Edad Media.

Refleja las principales construcciones urbanísticas y realizaciones arquitectónicas vigentes en su época, encontrando elementos con origen en épocas anteriores a su fundación por parte de Constantino (324) y realidades posteriores a la misma, tal como construcciones de época de Justiniano (mediados del siglo VI).

 

2) Situación en su contexto histórico.

El mapa en cuestión representa la situación de distintos elementos urbanísticos en la ciudad de Constantinopla, muestra del devenir y de la importancia histórica de la misma, pues se originan en distintas épocas, coexistiendo en la etapa medieval de la ciudad.

Constantinopla como tal es fundada por el emperador Constantino en el año 324, sobre lo que era la antigua Bizancio, colonia fundada por los colonos griegos de Megara unos diez siglos antes (Biblioteca Cervantes Virtual, 2011). La ciudad será capital de Imperio Romano y, posteriormente, será “centro del mundo”, como capital del Imperio Bizantino: será en el año 395, al quebrarse la unidad del imperio Romano, cuando adquiera el rango de centro del gobierno del Imperio Romano de Oriente (Detomasi, 1981). A partir del siglo V irá adquiriendo una individualidad, tal que con Justiniano ((527-565) llegará la expansión de Bizancio y se producirá una primera Edad de Oro (Donado y Echevarría, 2010).

Tras la ruptura con el pasado romano y la consolidación bizantina con la dinastía heracliana (610-717), se enfrentará repetidamente al asedio árabe con la dinastía isáurica (717-820). Tras un renacimiento bajo la dinastía frigia ((820-867), conocerá convulsiones político-religiosas, que desembocarán en el Cisma entre la Iglesia de Oriente y el Papado a mediados del siglo XI; será saqueada por ejércitos de la Cuarta Cruzada a principios del siglo XIII y, finalmente, en el año 1453 los turcos otomanos penetrarán en Constantinopla (Donado y Echevarría, 2010).

 

3) Explicación del contenido.

Un aspecto importante en el mapa a comentar es la ausencia de una datación cronológica específica correspondiente al mismo, es decir, se indica en su título “en la Edad Media”, pero no se especifica en qué periodo de la misma se refiere. Se indican construcciones de época de Justiniano, tal como el templo de Santa Sofía (532-577), por lo que el mapa es posterior, pero, desde entonces hasta la toma de la ciudad por los turcos transcurren 900 años. El mapa no indica textualmente en qué época dentro de ese periodo se encuentra, lo cual dota de imprecisión.

En cuanto a descripción geográfica, se advierte la situación en la península de los Balcanes, donde el estrecho del Bósforo comunica al Mar Negro con el Mar de Mármara, protegida por un promontorio y una bahía, tal que podría sentirse segura por vía marítima (Detomasi, 1981).

Ya respecto a las representaciones indicadas en el mapa, se indican las construcciones y trazado urbanístico de la ciudad. Se percibe en el mapa las tres murallas existentes, de épocas distintas: la muralla de Septimio Severo (193-211), asediada por éste a finales del siglo II y reconstruida por él mismo posteriormente, la de Constantino –en el 330- y, finalmente, la de Teodosio, en el 413, lo que muestra las sucesivas ampliaciones de la ciudad y su crecimiento demográfico. En el extremo oriental de la ciudad se advierte la parte más antigua, con construcciones de la época griega, en concreto la Acrópolis; también se reflejan edificios de época romana anterior a la separación del imperio, tal como el Hipódromo (Septimio Severo).

Por otro lado, durante el reinado de Teodosio II la población se concentraba más al norte que al sur del triángulo reflejado; es la época de ampliación del perímetro con la construcción de la muralla de Teodosio en el 413, para proteger las grandes cisternas que abastecen de agua a la ciudad (Pérez Martín, 2004), según se aprecia en el mapa. En éste se perciben grandes espacios públicos que alojan a la vida ciudadana, tal como el citado Hipódromo, la arteria central que recorre la ciudad desde el Palacio Imperial hasta las Puerta Dorada o Puerta de Adrianópolis ó los grandes foros de Constantino o Teodosio.

El mapa también muestra atención a edificios de carácter religioso. En la parte más antigua de la ciudad –extremo oriental- se encuentran los templos de Santa Irene y Santa Sofía. La importancia de éste último refleja la indicada “Primera Edad de Oro”, mandado construir por Justiniano como contestación a de San Juan de Letrán en Roma. Se localizan también en el mapa otras edificaciones religiosas, en algunos casos sin leyenda, destacando en el extremo sur occidental el monasterio de San Juan de Estudios, centro religioso y cultural (Pérez Martín, 2004).

El mapa también señala las principales redes de comunicación. Son de carácter rectilíneo, destacando la Vía Triunfal, única con denominación textual en la representación. Dos vías bordean la costa y una central discurre paralela al acueducto, que completa el abastecimiento de agua desde las cisternas, mostradas en la representación. Finalmente, se señalan los distintos puertos de la ciudad, de capital importancia como vías de comunicación, tanto alojados en el mar de Mármara como en el Cuerno de Oro.

 

4) Conclusión.

Constantinopla fue una ciudad creada, por parte de Constantino, para ser capital de un imperio y gloria de su emperador, emulando a Roma. Esta imitación y filosofía se refleja en sus construcciones y su trazado, con grandes vías principales rectilíneas, que parten de las puertas abiertas en su muralla más exterior hasta desembocar en su núcleo primigenio, parte más antigua que acoge los edificios imperiales representativos, de índole política y también religiosa. La abundancia de cisternas y acueducto nos habla de su volumen de población, acorde con su importancia en el orbe como capital imperial, encrucijada de oriente y occidente. Sus edificios de carácter religioso indican su representatividad dentro del cristianismo, también en competencia con Roma.

BIBLIOGRAFÍA

Donado Vara, J. y Echevarría Arsuaga, A. (2010): La Edad Media I (siglos V-XII). Madrid: Editorial Universitaria Ramón Areces (1ª ed, 2ª reimpr).

Barcala, A. (1985): Las universidades españolas durante la Edad Media. CSIC. Anuario de Estudios Medievales, 15. Pág. 83-126.

Berier de Sauvigny, G. (2009): Historia de Francia. Ediciones Rialp. Madrid.

Biblioteca Cervantes Virtual (2011): Constantinopla durante la Edad Media. Breve historia de la ciudad. Artículo disponible en la web: http://bib.cervantesvirtual.com/portal/constantinopla/pcuartonivel.jsp?conten=periodos&pagina=edadmedia_1.jsp&tit3=Constantinopla+durante+la+Edad+Media, web de la fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, portal de contenidos en español.

Detomasi, J. (1981): Bizancio y el islam. Cuadernos de estudio, 13, serie Historia Universal. Cincel, Kapelusz, Madrid.

Esposito, J.L. (2004): El Islam. 94 preguntas básicas. Alianza Editorial. Madrid.

Guijarro, S. (2008): El saber de los claustros: las escuelas monásticas y catedralicias en la Edad Media. ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura, CLXXXIV, 73, mayo-junio 2008. Pág. 443-455.

Junta de Castilla y León (2011): Grandes invasiones y fin del Imperio Romano Occidental. Artículo disponible en la web http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/784.htm, web de la revista digital Artehistoria, portal dedicado a estudios históricos y sobre Arte. Último acceso: diciembre 2011.

Khouri, A. (1981): Los fundamentos del islam. Herder. Barcelona.

Navarro, F. (director) (2004): Historia Universal. Tomo 10, La Edad Media. Salvat. Barcelona.

Orlandis, J. (2004): Europa y sus raíces cristianas. Ediciones Rialp. Madrid.

Pérez Martín, I. (2004): La geografía erudita de Constantinopla. En Cortés, M. (2004): Elogio de Constantinopla. Universidad de Castilla-La Mancha, Cuenca, pág. 52-83.

Reale, G., Antiseri, D. (1991): Historia del pensamiento filosófico y científico. Vol I. Herder. Barcelona.

*Este comentario de Constantinopla fue presentado por un estudiante en las PEC del curso 2011-2012 de la asignatura de Historia Medieval de la UNED, en el Centro de Barbastro. Lo he copiado en nuestro Blog tal cual, no puede ser más sencillo ni más completo un comentario de mapa. No he citado su nombre, pero si el lo lee seguro que lo recordará. Lo utilice en cursos siguientes como material docente por su calidad.