Pautas
para el comentario de un mapa histórico
1. Observación detenida del mapa y de su
leyenda.
2. Clasificación del mapa según su
tipología: político, político-social, económico, demográfico, cultural, etc.
3. Situar el mapa en su contexto histórico,
escribiendo un resumen de los acontecimientos que representa.
4. Explicación del contenido, analizando
los datos que ofrece el mapa: fechas, nombres de ciudades, flechas que indican
determinados movimientos, gráficos (si los hubiera), límites o fronteras,
evolución de los procesos.
5. Conclusión: Comentar la importancia del
hecho representado desde el punto de vista histórico. Compararlo, si es
posible, con otros sucesos históricos y lugares durante el mismo periodo.
OFENSIVA CRISTIANA EN ÉPOCA DE ALFONSO
VII
Observación detenida del mapa y de su
leyenda.
Leyenda
del mapa.
- Reinos cristianos.
- Frontera cristiana recuperada a los
almorávides por Alfonso VII.
- Al-Ándalus.
- Campaña de Alfonso VII en 1133.
- Campaña de 1138.
- Campaña de Almería en 1147.
- Apoyo por mar a la campaña de Almería.
- Campañas portuguesas (Lisboa, 1147).
- Campaña de 1144.
- Campaña de 1152.
Observación
del mapa.
- Identificamos los reinos cristianos al
norte en color amarillo. De oeste a este, Reino de Portugal, Reino de León y
Castilla, Reino de Pamplona y Corona de Aragón.
- Vemos al sur de Toledo una mancha verde que
representa la frontera recuperada, desde Coria hasta Molina.
- Al sur de este espacio recuperado esta
Al-Ándalus.
- Vemos en territorio de Al-Ándalus una
serie de flechas representativas de las sucesivas ofensivas de Alfonso VII, una
de ellas por el oeste en territorio cristiano de Portugal y otra por mar de
Barcelona a Almería.
1. Clasificación del mapa según su
tipología[1]: político,
político-social, económico, demográfico, cultural, etc.
Se puede clasificar como un mapa político. Muestra las fronteras entre los reinos cristianos, así como la extensión de los espacios de fricción, las direcciones de las campañas ofensivas y la ubicación de las ciudades más importantes.
2.
Situar el mapa en su contexto histórico, escribiendo un resumen de los
acontecimientos que representa.
El final del reinado de
Alfonso VI con su imperio hispánico
hecho realidad, está marcado por la guerra contra los musulmanes y los
problemas sucesorios en el reinado de Urraca. Los musulmanes reciben un gran
impulso con los almorávides, estos le derrotan en Uclés en 1108. Esta batalla
trajo un grave problema sucesorio por la muerte de su heredero varón el infante
Sancho. A su hija legítima Urraca -luego reina-, la había casado con el conde
Raimundo de Borgoña, de esta unión nació en 1105 Alfonso Raimúndez, futuro
Alfonso VII.
Cuando muere el infante Sancho
le corresponde el trono al pequeño Alfonso Raimúndez, pero ante una mayoría de
edad lejana, la ya viuda Urraca es presionada para casarse con Alfonso I el
Batallador de Aragón. Se casan en 1109, el año en que murió Alfonso VI. El
matrimonio fue un fracaso, no tuvieron descendencia y fue anulado en 1114 por
el Papa.
Desde el comienzo del
reinado de Urraca (1109-1126) el caos se apoderó del reino, Alfonso I de Aragón,
intervenía en la parte oriental de Castilla y apoyaba todos los intentos de
rebelión que en ese territorio se organizan, sobre todo en el mundo urbano y en
los Burgos del Camino de Santiago, contra la facción de Alfonso Raimundez el
otro aspirante al trono. Las revueltas que entre 1111 y 1116 tuvieron lugar en Sahagún,
Santiago y otras localidades del camino contra sus señores eclesiásticos, no se
pueden explicar sin esta pugna dinástica y guerra civil, entre esta fracción y
Alfonso el Batallador; al final era proclamado en Santiago sucesor de su madre
(1116) Alfonso Raimundez.
Alfonso VII heredaba el
reino en 1126. Se habían desvanecido las tensiones internas. Las relaciones con
Barcelona eran buenas, gracias al matrimonio con Berenguela (1128). Tenía un
fuerte rival en Alfonso el Batallador, que controlaba áreas castellanas de
Soria, La Rioja, Álava y Burgos. Cuando muere el aragonés estas zonas pasaron a
Castilla. Incluso Alfonso VII llegó a ocupar temporalmente Zaragoza. Este rey
en aquel momento (década de los treinta) era la persona más poderosa de la península.
Los demás reyes cristianos aceptaban su condición de emperador hispánico y se declararon
vasallos suyos. Lo hizo García Ramírez de Pamplona, Ramiro II de Aragón y luego
lo haría su cuñado Ramón Berenguer IV.
La coronación de Alfonso
VII como Imperator Totius Hispaniae,
en un acto solemne celebrado en León en 1135, representaba la cúspide del poder
del monarca. Solo un problema en esta hegemonía sobre los reinos cristianos,
Alfonso Henriques aun reconociéndose vasallo del emperador leonés en 1127, proclamaba
su condición de rey de Portugal; años después entre 1139 y 1143 se consumó un
proceso de segregación de Portugal con el reconocimiento del Papado. Aunque el imperium hispánico de Alfonso VII no se
tambaleaba, los efectos a largo plazo fueron el nacimiento de un reino
independiente en los siglos venideros.
Alfonso VII destacó además
por los avances frente a los musulmanes. Los almorávides se habían debilitado y
aparecían insumisiones regionales. Las llamadas segundas taifas, que socavarían
la unidad almorávide coinciden con los éxitos de Alfonso VII, que incluso llego
hasta Almería en 1147.
Los musulmanes no se recuperan hasta la llegada de los almohades, que iniciaron un proceso de unificación andalusí. Alfonso VII moría poco después de que en 1157 los sarracenos recuperaran Almería.
3. Explicación del contenido, analizando
los datos que ofrece el mapa: fechas, nombres de ciudades, flechas que indican
determinados movimientos, gráficos (si los hubiera), límites o fronteras,
evolución de los procesos.
Identificamos en el norte del mapa a los reinos cristianos. Al sur de ellos, vemos una línea que va desde Lisboa al norte de Coria, pasando por sur de Toledo y por el norte de Molina, al sur de la línea esta Calatrava; es la frontera cristiana recuperada a los almorávides por Alfonso VII. Al oeste del mapa entre Coímbra y Lisboa vemos una flecha que indica las campañas portuguesas contra Lisboa en el 1147.
Al sur de este espacio de frontera, vemos Al-Ándalus con los éxitos de este rey representados por flechas: en rojo las campañas de 1133, parten de Toledo, hacia Córdoba, Sevilla y Cádiz. Las flechas en azul son la campaña de 1138, partiendo de Toledo y de Calatrava hacia tres direcciones, Andujar, Úbeda y Baeza, desde aquí a Jaén. De Jaén parte la campaña de 1144, hacia Granada y Almería. Y de Baeza parte la de 1152 hacia Lorca y Guadix. La campaña más al sur es la de Almería en 1147, por tierra y por mar.
4. Conclusión: Comentar la importancia
del hecho representado desde el punto de vista histórico. Compararlo, si es
posible, con otros sucesos históricos y lugares durante el mismo periodo.
Esta
ofensiva cristiana catalizada por el rey Alfonso VII fue muy importante. En
aquel momento a partir de 1130, fue el rey cristiano más poderoso de la península,
los demás reyes aceptaban su condición de emperador hispánico y se declararon
vasallos suyos. Lo hizo García Ramírez de Pamplona, Ramiro II de Aragón y luego
lo haría su yerno Ramón Berenguer IV.
Otro
suceso histórico próximo es la formación de la Corona de Aragón, que
equilibraría el poder de Castilla a lo largo de muchos años. La unión del Reino
de Aragón y del Condado de Barcelona, fue facilitada por el testamento de
Alfonso I que cedió sus dominios a las órdenes militares; testamento que no fue
cumplido ni por la aristocracia aragonesa, ni por la Navarra que recuperará su
reino desaparecido. Se materializa con el matrimonio de la hija del hermano de
Alfonso, Ramiro “El Monje”, doña
Petronila y de Ramón Berenguer IV Conde de Barcelona.
***
OFENSIVA CRISTIANA EN
ÉPOCA DE ALFONSO VII
(Así queda el comentario suprimiendo
epígrafes y resumiendo los contenidos).
Se
puede clasificar como un mapa político. Muestra las fronteras entre los reinos
cristianos, así como la extensión de los espacios de fricción, las direcciones
de las campañas ofensivas y la ubicación de las ciudades más importantes.
El
final del reinado de Alfonso VI con su imperio hispánico hecho realidad, está
marcado por la guerra contra los musulmanes y los problemas sucesorios en el reinado
de Urraca. Desde el comienzo del reinado de Urraca (1109-1126) el caos se
apoderó del reino, Alfonso I de Aragón, intervenía en la parte oriental de
Castilla y apoyaba todos los intentos de rebelión contra la facción de Alfonso
Raimundez (Alfonso VII) el otro aspirante al trono.
Alfonso
VII heredaba el reino en 1126. Se habían desvanecido las tensiones internas, las
relaciones con Barcelona eran buenas gracias al matrimonio con Berenguela (1128),
aunque tenía un fuerte rival en Alfonso el Batallador que controlaba áreas
castellanas de Soria, La Rioja, Álava y Burgos. Cuando muere el aragonés estas
zonas pasaron a Castilla, incluso Alfonso VII llegó a ocupar temporalmente
Zaragoza. Este rey era la persona más poderosa de la península. Los demás reyes
cristianos aceptaban su condición de emperador hispánico y se declararon
vasallos suyos. Lo hizo García Ramírez de Pamplona, Ramiro II de Aragón y luego
lo haría su cuñado Ramón Berenguer IV.
La
coronación de Alfonso VII como Imperator
Totius Hispaniae, en un acto solemne celebrado en León en 1135,
representaba la cúspide del poder del monarca. Solo tuvo un problema en esta
hegemonía sobre los reinos cristianos, que Alfonso Henriques aun reconociéndose
vasallo del emperador leonés en 1127 proclamaba su condición de rey de
Portugal; los efectos a largo plazo fueron el nacimiento de un reino
independiente.
Alfonso VII destacó además por los avances frente a los
musulmanes. Los almorávides se habían debilitado y aparecían insumisiones
regionales, las llamadas segundas taifas, que socavarían la unidad almorávide y
coinciden con los éxitos de Alfonso VII, que incluso llego hasta Almería en
1147. Los musulmanes no se recuperan hasta la llegada de los almohades, que
iniciaron un proceso de unificación andalusí. Alfonso VII moría poco después de
que en 1157 los sarracenos recuperaran Almería.
Identificamos en el norte
del mapa a los reinos cristianos. Al sur de ellos, vemos una línea que va desde
Lisboa al norte de Coria, pasando por el sur de Toledo y por el norte de
Molina, al sur la línea llega hasta Calatrava; es la frontera cristiana
recuperada a los almorávides por Alfonso VII. Al oeste del mapa entre Coímbra y
Lisboa vemos una flecha que indica las campañas portuguesas contra Lisboa en el
1147.
Al sur de este espacio de
frontera, vemos Al-Ándalus con los éxitos de este rey representados por
flechas: en rojo las campañas de 1133, parten de Toledo, hacia Córdoba, Sevilla
y Cádiz. Las flechas en azul son la campaña de 1138, partiendo de Toledo y de
Calatrava hacia tres direcciones, Andujar, Úbeda y Baeza, desde aquí a
Jaén. De Jaén parte la campaña de 1144.
Y de Baeza parte la de 1152 hacia Lorca y Guadix. La campaña más al sur es la
de Almería en 1147, por tierra y por mar.
Esta
ofensiva cristiana catalizada por el rey Alfonso VII fue muy importante, en
aquel momento a partir de 1130, era el rey cristiano más poderoso de la
península, los demás reyes aceptaban su condición de emperador hispánico y se
declararon vasallos suyos.
Otro
suceso histórico próximo es la formación de la Corona de Aragón, que
equilibraría el poder de Castilla a lo largo de muchos años. La unión del Reino
de Aragón y del Condado de Barcelona, fue facilitada por el testamento de
Alfonso I que cedió sus dominios a las órdenes militares; testamento que no fue
cumplido ni por la aristocracia aragonesa, ni por la Navarra que recuperaría su
reino desaparecido. Se materializa con el matrimonio de la hija del hermano de
Alfonso, Ramiro “El Monje”, doña
Petronila de Aragón y de Ramón Berenguer IV Conde de Barcelona.
Bibliografía
ÁLVAREZ PALENZUELA, V. A. (coord.). Historia
de España de la Edad Media. Barcelona: Ariel, 2011.
MARTÍN RODRÍGUEZ, J. L. Manual
de Historia de España. Vol. 2: La
España Medieval. Madrid: Historia 16, 1993.
MONSALVO ANTÓN, J. M. Atlas Histórico
de la España Medieval. Madrid: Síntesis, 2010.
[1] Los documentos
cartográficos históricos pueden ser mapas políticos (muestran fronteras entre
estados, su evolución, extensión, guerras, etc..); mapas político-sociales
(revelando la extensión de una revolución, de cualquier problema o hecho
social, etc..); mapas económicos (situación de áreas económicas -de cualquier
sector-, vías de comunicación, rutas comerciales, etc..); mapas demográficos
(movimientos de población, densidades de población, etc..); mapas culturales
(distribución de un movimiento artístico, extensión de una cultura, de un
movimiento cultural, de centros educativos…). Página Web del profesor:
Porfirio Sanz Camañes (UCLM).
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